Uno de los lugares más concurridos de Roma es la plaza de España -allí se encuentra la embajada española ante la Santa Sede- y la escaleras que suben a la iglesia Trinitá dei Monti. La verdad es que hay siempre... demasiada gente.
O madrugas para estar por allí antes del mediodía o lo más probable es que encuentres la zona atestada de turistas, subiendo y bajando por las escaleras, sentados en ellas -un buen lugar para descansar un buen rato- o justo delante de la fuente y la plaza, por la que, además, circulan vehículos.
Junto a la plaza de España está la plaza Mignanelli, en la que hay una columna con una estatua de la Inmaculada Concepción.
La fuente barroca (siglo XVII) que está a los pies de las escaleras de la plaza de España fue diseñada por Pietro Bernini, padre del que luego fue un genial escultor, Gian Lorenzo Bernini, del que ya hemos visto otras obras por Roma (plaza Navona). La fuente es como un barco naufragado, con vías de agua, por lo que se le conoce como la "Barcaccia". 
Desde lo alto de la escalinata, que tiene 135 peldaños, hay una magnífica vista de la ciudad, el mirador del Pincio. Y en este privilegiado lugar la iglesia de la Trinidad de los Montes.
Si nos ponemos de espaldas a la escalinata que sube a la iglesia de la Trinidad de los Montes veremos una calle que nos llevará a la vía del Corso. Via Condotti es una calle muy transitada porque en ella encontraremos tiendas -tanto joyerías como de moda- de afamadas marcas. Tiendas de lujo, carísimas. Los europeos nos quedamos mirando los escaparates y los asiáticos son los que entran y... compran.
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| Cafetería el Greco, en vía Condotti |
Una calle paralela a via Condotti es vía Frattina, también muy comercial
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