Es el único templo del imperio romano que sigue en pie y conserva su estructura original. La explicación es que este templo, construido hace casi dos mil años, fue uno de los primeros que fue convertido en iglesia en el año 608 con un emperador ya cristiano.
En el interior, una gran sala redonda, pasaremos casi más tiempo mirando el techo que las paredes. La cúpula semiesférica tiene una abertura de 9 metros que permite entrar la luz. Los expertos en arquitectura aseguran que el diseño de la bóveda y las soluciones para su sujeción son perfectos.
En el interior del Panteón están las tumbas del primer rey de Italia, Victor Manuel II, y la de su hijo Humberto I, que también fue rey de Italia a finales del siglo 19.
En el Panteón también está, nada más entrar a la derecha, la tumba del pintor y arquitecto renacentista Rafael.
La inscripción de la fachada recuerda al general Marco Agripa, yerno del emperador Augusto.
La plaza de la Rotonda es otro de esos lugares de Roma con vida propia durante el día y al caer la tarde. Sus terrazas están entre las más selectas.
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Por las calles del entorno de la plaza de la Rotonda, en concreto la vía del Seminario, encontraréis tiendas para turistas con sus productos a precios asequibles. Kati compró para regalar un buen lote de imanes.
Y del Panteón nos vamos a visitar la iglesia de San Ignacio de Loyola, que está al lado siguiendo la calle del Seminario, y que tiene una "cúpula" muy curiosa.
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