lunes, 1 de julio de 2013

ROMA, ETERNA Y VIVA


Roma es probablemente la ciudad más turística del mundo. En cualquier época del año su centro histórico siempre está concurrido de turistas. 







No hay estadounidenses, brasileños, japoneses y coreanos, entre otras muchas nacionalidades de países de América y Asia, que no incluyan la capital de Italia en sus giras por Europa. Si añadimos el turismo interior de Italia y los miles de europeos que eligen Roma para pasar unos días nos encontramos una ciudad abierta y viva los 365 días del año.

En este blog te damos pistas para que recorras Roma durante tres o cuatro días de una manera sencilla, a pie y usando el transporte urbano. Casi todo lo que un turista quiere ver está a mano. 

El Panteón



Te llevaremos por supuesto al Vaticano y la Capilla Sixtina, al Coliseo, al Panteón, a la Fontana de Trevi, a la iglesia en la que está el Moisés y a  las catacumbas, pero también a otros muchos rincones que merece la pena visitar.









 Ver despacio toda Roma en menos cinco días es casi imposible, pero si sigues nuestros consejos e itinerarios te marcharás más que satisfecho. 




Esta es nuestra experiencia y nos ha ido muy bien. Sigue estos pasos y disfrutarás de Roma, una ciudad con futuro gracias a su grandioso y eterno pasado.

El Coliseo, en junio de 2013

PUNTOS DE PARTIDA

Nuestros itinerarios partirán casi todos desde la plaza de Venecia, en pleno centro de la ciudad, y en alguna ocasión desde la estación de Termini. Son puntos de salida, llegada y paso de los principales autobuses urbanos que nos llevarán de un sitio a otro.

Plaza Venecia, con la vía del Corso al fondo

Plaza de Vencia, con la vía del Corso al fondo
La plaza de Venecia es un lugar estratégico. Casi todo está cerca para ir a pie, desde el Coliseo y el foro a la Fontana de Trevi y otras plazas que queremos ver, como la de España y la Navona. 



Por la bulliciosa y transitada vía del Corso, que comunica la Plaza de Venecia con la del Popolo, pasaremos muchas veces buscando a derecha e izquierda los lugares más emblemáticos. Es la referencia para estar siempre bien orientado.



La estación de Termini será también el punto de partida de varios itinerarios. Desde aquí salen multitud de autobuses urbanos y turísticos que nos llevarán a los lugares que queremos visitar. También es la central de trenes para quienes, disponiendo de más tiempo, quieran aprovechar la estancia en Roma para "escaparse", en un viaje de ida y vuelta en un día, a Florencia.  


EL VATICANO

EL VATICANO

Manu, Cuca, Kati y Mauro en la vía de la Conciliación

Desde la plaza de Venecia salen autobuses directos al Vaticano, que os dejarán junto a la amplia vía de la Conciliación.




Para acceder al interior de la basílica es obligatorio pasar por un control de seguridad de la policia. Hay que entrar por las alas porticadas -columnatas- que abrazan la plaza.






 Lo normal es que os toque hacer fila, provocadas por tener que pasar bajo el arco de seguridad. Paciencia. La afluencia de turistas es impresionante.

No se puede entrar en la basílica de San Pedro ni con los hombros descubiertos -te echan atrás si vas en camiseta de tirantes o un top- ni en pantalón corto o falda corta por encima de la rodilla.




En el centro de la plaza, junto al obelísco, hay un punto en el suelo desde el que, mirando de columnas, da la sensación de que sólo hay una fila de columnas, ya que quedan "tapadas" las que hay detrás.


http://www.vaticanstate.va/content/vaticanstate/es/monumenti/basilica-di-s-pietro/la-piazza.html


Dentro hay mucho que ver: 
En la nave de la derecha la Piedad de Miguel Angel, protegida por un cristal de seguridad. Enfrente, en la nave de la izquierda la pila bautismal.


Avanzando por la nave central la estatua de bronce de San Pedro -cuyo pie derecho desgastado la gente toca o besa-.

Mauro tocando el pie desgastado de la estatua
Más adelante el altar papal cubierto por el baldaquino de Bernini justo en el centro de la nave y debajo de la cúpula.
El baldaquino que cubre el altar papal




Por el camino estatuas de dimensiones colosales, como la de Santa Elena y San Andrés, capillas y pinturas de gran valor artístico y religioso. 




Y cada dos por tres levantando la mirada para ver los techos, en especial la cúpula.





No iros sin visitar la cripta en la que están enterrados los papas, incluido San Pedro, bajo el altar papal. El resto a vuestro aire. Antes de iros, al salir de la basílica ver la Puerta Santa, de bronce.







Más información sobre la plaza en:


http://www.vaticanstate.va/content/vaticanstate/es/monumenti/basilica-di-s-pietro/basilica.html

Pepo, Kati, Mauro y Cuca  la "anfitriona y guía de nuestra estancia en Roma



Para subir a los más alto, a la cúpula, hay que hacerlo desde fuera. La zona de entrada está a la derecha de la basílica. La vista es impresionante, pero entre subir y bajar se tarda más de una hora. Desde arriba se ve lo que hay detrás de la basílica: los edificios del minúsculo Estado Ciudad del Vaticano y sus jardines.



Para una amplia información sobre todo lo relacionado con la basílica:


http://www.vaticanstate.va/content/vaticanstate/es/monumenti/basilica-di-s-pietro.html

MUSEOS VATICANOS


Aconsejamos emplear una mañana entera para visitar la basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos, a los que se llega saliendo por el brazo derecho de las columnatas y siguiendo el muro que protege los principales edificios  y jardines del Vaticano.
Hay que dejar claro desde el principio que no se puede acceder directamente a la capilla Sixtina. Al contrario, está al final del largo recorrido de las salas de los Museo Vaticanos, que sí merece la pena ver y mucho por la ingente cantidad de obras de artes que contiene, desde la enorme bañera de Nerón a pinturas de Rafael en las paredes y bóvedas de pequeñas estancias. Imposible asimilar todo lo que uno va viendo cruzando salas y jardines: pinturas, esculturas, tapices, cerámicas, documentos, etc.

El problema del turista es que entra con el único objetivo de llegar cuanto antes a la capilla Sixtina, por lo que se recorren salas, pasillos y más salas a buen ritmo viendo casi de pasada auténticas obras de arte que, de estar en otros museos, acapararían nuestro interés y tiempo.

La visita al Museo Vaticano no durará menos de dos horas, andando sin parar y con pequeñas paradas en los diversos sectores. Al llegar a la Capilla Sixtina estarás cansado y te parecerá poco el tiempo que te dejan estar dentro.













PLAZA NAVONA

Después de visitar el Vaticano regresamos al centro de la ciudad. Y lo hacemos andando, por la Vía de la Conciliación, que nos llevará directamente al castillo Sant'Angelo, una fotaleza circular.


Por la vía de la Conciliación encontraréis muchos vendedores ambulantes. Los precios de los artículos son muy caros respecto a otras zonas de la ciudad por las que transitamos los turistas. 



Se puede dar una sencilla vuelta por el interior del Castillo Sant'Angelo por la planta baja. Está unido por un pasaje subterráneo con el Vaticano, utilizado por algunos papas para refugiarse en el castillo cuando advertían algún peligro con motivo de guerras y saqueos de Roma.  


Frente al castillo está el puente con el mismo nombre. Destaca por sus esculturas de ángeles. Es un puente con "mala fama" para los romanos, ya que se producen suicidios de personas que se lanzan al rio Tiber. 


Nosotros no cruzaremos el "puente de los ángeles" para volver al centro histórico de Roma. Lo haremos por el siguiente, el de Umberto I, que parte desde el imponente edificio de la Corte Suprema de Justicia.

El puente Umberto I con el palacio de Justicia al fondo
En menos de 5 minutos llegaremos directamente a la plaza Navona, que para nosotros es uno de los lugares con más encanto de Roma por su forma ovalada, sus tres fuentes y el ambiente que existe durante todo el día -en el interior de la plaza hay pintores que trabajan allí mismo-.  


La primera fuente que vemos es la de Neptuno, en el extremo norte de la plaza. El dios de las aguas y los mares está rodeado de ninfas y lucha contra un monstruo marino.






En la plaza encontramos una de las mejores heladerías de Roma. La plaza cuenta con varias cafeterías y restaurantes con terrazas. 


Un buen lugar para tomarse un helado entre pintores

La fuente central de la plaza es la de los Cuatro Ríos, de Bernini. Representa el Nilo, el Ganges, el Danubio y el Río de la Plata para simbolizar los continentes de Africa, Asia, Europa y América. Frente a la fuente está la iglesia de Santa Inés, de Borromini, que no era muy amigo de Bernini. Fue un rivalidad en el siglo 18 entre dos geniales artistas.  




La fuente de los Cuatro Ríos (Bernini) con la iglesia de Santa Inés (Borromini)  detrás
La forma ovalada de la plaza recuerda que en su origen fue un estadio en la época del emperador Domiciano (año 86 d.C). Se celebraban competiciones de lucha y carreras. Luego fue un mercado.








En el extremo sur de la plaza Navona está la Fuente del Moro. La figura central, de Bernini, lucha contra un delfín. Está rodeado por tritones, también de la mitología griega. 


uno de los tritones (torso humano y cola de pez) de la fuente del Moro.